13/3/13

POR LAS TIERRAS DE LA OTRA CASTILLA

  ES UN DIA CUALQUIERA      del año 1990,       iniciamos el viaje desde Galicia,para seguir  por tierras de  Castilla,con la primera escala en la provincia de Zamora,continuando camino de Arèvalo.Es aqui en esta villa la hora del xantar,por lo cual es preciso acudir a a un restaurante,para saborear las carnes de la tierra,recordando uno de los viajes a la capital de España,en mis tiempos jovenes.Aqui sirven unos chuletones a la brasa que hartan al màs hambriento.En una ocasiòn me zampe uno de medio kilo,los demàs compañeros,tambien lo hicieron a su antojo.Algunos con el cordero y el cuchinillo que lo preparan de lo lindo al buen gusto del màs exigente paladar.Proseguimos viaje para visitar el Santuario de SantaMarìa la Real de Nieva.Lo mandò construir la reina Catalina de Lancaster en el años l392.
   Segovia con su acueducto como emblema.Me decìa un aciano que se hallaba paseando por las cercanias que lo habìan construido para pasar el agua de riego de un valle al otro,salvando una larga encañada,donde se ubica la capitalidad.Es un lugar de paseo de muchas gentes que pasean por su entorno con la presencia de numerosos turistas.La plaza mayor en el corazòn de la ciudad,lugar de reuniones y tertulias en sus  soportales,con varias cafeterias en cuyas terrazas se reune una gran muchedumbre,sobretodo en las tardes calurosas del verano.
  Es casi obligatorio saborear la comida emblemàtica de la ciudad "el cuchinillo al horno".Lo hacemos en las cercanìas del acueducto.El restaurante màs conocido de Segovia,donde nos lo sirven caliente y tostado como asi debe de ser-dide el camarero-.¿ Que vino les traigo?.Uno que sea gallego para arrimarlo al  puerco de Castilla y hacer un buern "xantar".Pero señores si yo tambièn soy de carallalà como vosotros,lo que pasa es que me vine  por aquì porque mi esposa es segoviana y a ella se lo debo que haya cambiado de paìs.Al salir nos despide con los brazos abiertos:Que les vaya bièn por estas tierras.Continuamos nuestra ruta para dirigirnos a La Granja de San Ildefonso,lugar lleno  de belleza natural donde los àrboles centenarios son el emblema del lugar.Retornando de nuevo  por Segovia hasta La Pinilla y Burgo de Osma,en la provincia de Soria,de tierras castellanas donde el frìo azota por todos los costados en los meses de invierno y el calor aprieta en en verano,en esas tierras secas,sembradas de trigo y girasoles en sus llanuras.Aqui regalan el solar a aquel que quiera radicarse como vecino de la provincia Soriana.
  Hemos alcanzado Soria antigua y castellana donde destaca su construcciòn,de grandes casonas,alguna de ellas con su patio al centro y sus corrales antiguos,cuidando una tradiciòn.Una de estas ha sido el hotel de pernocta y estancia,cercana al Estadio de Los Pajaritos,feudo del Club Deportivo Numancia.Lugar señoral y lleno de atractivo al visitante.
  Al regreso por Almazàn tambièn villa soriana,donde nos ha pillado la fiesta del cazador.Cruzado por el rìo y su paseo-alameda a todo lo largo de la villa.Tipico y emblemàtico.Tarde soleada y calurosa la ideal para conocer los lugares màs atractivos de la localidad.Cena y cama en uno de los hoteles del centro,para continuar viaje al dìa siguiente,despuès de desayunar y disfrutar de la frescura de las aguas de su rìo.Asi fuè Alamazan,que si hemos sido recibidos al son de los ladridos de los perros de tantos cazadores,con sus escopetas vacìas,proseguimos viaje con el placer de conocer una villa rica y pujante agrìcola y comercial,de gentes simpàticas y amables.
  Alcolea del Pinar,villa importante,con su monumento La casa de piedra en plena roca caliza.Lugar de cacerìas con abundancia de perdices.Y asi hasta retornar por Guadalajara y las cercanìas de Madrid.
  Aqui en esta ciudad castellana,proxima a la capital de España,contemplanando su arquitectura negra de los pueblos que la contornea.La Alcarria que diò origen a la novela de Camilo Josè Cela.Rodeada de sus sembrados de trigo y la costrucciòn negra de sus aldeas,atrayentes al visitante.
  Es preciso continuar el viaje por Miraflores de la Sierra.   Aranda del Duro,  donde nos espera la comida a base de cordero.Pernocta y descanso.  Continuando al dìa siguiente por Peñafiel y luego Tudela del Duero,  la cuna del buen vino,tinto y espeso con  el sabor exquisito de la tierra.Adquirimos unas botellas,de la cooperativa sin marca ni nombre.  Su origen y la tierra dan la marca  al producto de los viñedos que contornean el recorrido.Al final Valladolid,  grande y señorial,como las ciudades de Castilla,para recorrerlo y contemplar sus bellezas,propias   de una capital castellana.La ciudad del Pisuerga,caudaloso y emblemàtico de la tierra seca,bañando huertos y refrescando parajes.Pero aquì el calor aprieta,aun cuando no haga sudar,   porque la belleza refresaca la mirada y el ambiente.Porque asì es la   Castilla que hemos recorrido, en este viaje para gravarlo como el recuerdo.