FUE EN TIEMPOS pasados (1925),cuando la cafeteria de Casa Janeiro,empezò la andadura de servir a sus clientes el cafè de pota,que le ha dado una notable fama por su exquisited. Elaborado en una pava mi madre aplicaba unas normas especiales,para que el cafè resultara con buen paladar y apetitoso a los clientes.De maña la pava se ponìa llena de agua a hervir sobre la plancha de la cocina,que por aquellas fechas se calentaba con leña.Una vez que esta hervia se vertia en su interior,el cafè debidamente molido,no demasiado fino,para que el agua lo fuera absorviendo lentamente.No deberìa desbordarese la pava,para evitar que la parte cremosa del cafè,no se saliera del recipiente.En aquellos tiempos apenas se conocìan las cafeteras expres y en la mayoria de los establecimientos,el cafè se elaboraba con el sitema tradicional de la pota.
En la casa de mis padres la elaboraciòn del cafè,se mantenìa con el màs escrupuloso rigor,puès era la consumiciòn màs solcitada por los clientes.No existìa la variedad de licores y vinos como actualmente.Recuerdo que varios clientes se saboreaban dos o très cafès durante la tarde,jugando la partida de cartas,no faltando la copa de aguardiente.
Habìa varios establecimientos en el pueblo,que empleaban el mismo sistema para elaborar el cafè. Cada cual con sus tècnicas o costumbres ancestrales.Sin embargo el cafè que elaboraba mi madre en sus pavas llenas de solera,resultaba del agrado de todos. Disponìa de dos pavas y segùn los dìas de mandan,utilizaba la màs conveniente. Una habìa que alimentarla con doscientos gramos de cafè. La otra con cuatrocientos gramos.Molidos de una forma no muy menuda,para que no se formara una pasta.Molienda y puesta a punto del agua hirviendo,eran esenciales para componer un buen cafè.
Yo siempre he mantenido la tradiciòn heradada de mi madre y desde siempre la pava de cafè se halla sobre la plancha de la cocina.Lo elaboro cada dos o tres dìas y paulatinamente lo saboreo en mis desayunos,que suelen ser desde siempre,la mejora ingestiòn alimentaria.
Pero he ahì que tanto las personas como los ùtiles de cocina se hacen viejos y la rotura suela aparecer en cuaqluier momento.Tanto al caminar en el cuerpo como en la cocina cuando te dispones a hcerte tu cafè para desayunar.Puès resulta que ayer de mañana cuando me disponìa a hacer mi cafè,para saborear el desayuno.La pava se ha roto empezando a verter el agua,la que luego tuve que trasvasar a otra pota improvisada,para continuar con la eleboraciòn del cafè para mi desayuno.
Pero es lògico que los recipientes con los cuales te mueves,como cuaqluiera en la cocina se hagan viejos y se carcoman,porque tu tambièn lo eres,aunque a duras penas quieras seguir una tradicòn herada de tu madre:Tener la pava sobre la plancha de la cocina y elaborar tu cafè todos los dìas.Con una ilusiòn de vida,con el afàn de mantener una tradiciòn y con el amor y el recuerdo a quien te ha inculcado de niño,lo que ahora pretendes hacer de viejo.Mantener la pava para el cafè sobre la plancha de la cocina.Cualquier dìa volverè comprarme otra nueva.Rosa como la anterior.Porque asì era la pava en la que mi madre elaboraba el cafè.Manteniendo un recuerdo.
En la casa de mis padres la elaboraciòn del cafè,se mantenìa con el màs escrupuloso rigor,puès era la consumiciòn màs solcitada por los clientes.No existìa la variedad de licores y vinos como actualmente.Recuerdo que varios clientes se saboreaban dos o très cafès durante la tarde,jugando la partida de cartas,no faltando la copa de aguardiente.
Habìa varios establecimientos en el pueblo,que empleaban el mismo sistema para elaborar el cafè. Cada cual con sus tècnicas o costumbres ancestrales.Sin embargo el cafè que elaboraba mi madre en sus pavas llenas de solera,resultaba del agrado de todos. Disponìa de dos pavas y segùn los dìas de mandan,utilizaba la màs conveniente. Una habìa que alimentarla con doscientos gramos de cafè. La otra con cuatrocientos gramos.Molidos de una forma no muy menuda,para que no se formara una pasta.Molienda y puesta a punto del agua hirviendo,eran esenciales para componer un buen cafè.
Yo siempre he mantenido la tradiciòn heradada de mi madre y desde siempre la pava de cafè se halla sobre la plancha de la cocina.Lo elaboro cada dos o tres dìas y paulatinamente lo saboreo en mis desayunos,que suelen ser desde siempre,la mejora ingestiòn alimentaria.
Pero he ahì que tanto las personas como los ùtiles de cocina se hacen viejos y la rotura suela aparecer en cuaqluier momento.Tanto al caminar en el cuerpo como en la cocina cuando te dispones a hcerte tu cafè para desayunar.Puès resulta que ayer de mañana cuando me disponìa a hacer mi cafè,para saborear el desayuno.La pava se ha roto empezando a verter el agua,la que luego tuve que trasvasar a otra pota improvisada,para continuar con la eleboraciòn del cafè para mi desayuno.
Pero es lògico que los recipientes con los cuales te mueves,como cuaqluiera en la cocina se hagan viejos y se carcoman,porque tu tambièn lo eres,aunque a duras penas quieras seguir una tradicòn herada de tu madre:Tener la pava sobre la plancha de la cocina y elaborar tu cafè todos los dìas.Con una ilusiòn de vida,con el afàn de mantener una tradiciòn y con el amor y el recuerdo a quien te ha inculcado de niño,lo que ahora pretendes hacer de viejo.Mantener la pava para el cafè sobre la plancha de la cocina.Cualquier dìa volverè comprarme otra nueva.Rosa como la anterior.Porque asì era la pava en la que mi madre elaboraba el cafè.Manteniendo un recuerdo.
