26/5/11

AQUELLOS ZAPATOS NUEVOS

Fuè por 1987,cuando una tarde paseando por una de las calles de Orense,despuès de encenderse las farolas del alumbado pùblico y la iluminaciòn de los escaparates.Se me ocurriò entrar en una tienda de calzados.Me saluda el jefe porque èramos ligeramente conocidos,conversando un rato como norma habitual en tal clase de encuentros.Luego se me ocurre pasarle un vistazo a la exposiòn y despierta mi interès por un modelo de zapato expuesto en el escaparate.

Pido a una de las empleadas me permita observarlo y me decido a comprarlo,siendo el ùnico"par" existente y la talla una màs de la que yo calzaba.Actulamente no podrìa comprarlos porque se me quedarìan demasiado holgados;porque cuando se raya en los ochenta ya ni en los piès apenas existe,mùsculo y carne, solamente la piel cubriendo los huesos.Por lo cual con unos zapatos demasiado flojos caminas por el pavimento,tocado la castañuela.
El precio aunque rebajado bastante carito pero al gustarme el modelo y la simpatìa de la empleada,me decidì a efectuar la compra.Doce mil pesetas de aquellas fechas;pero como decìa las viejas cuando compraban en la tienda de mi padre:A cousa boa nunca e cara.Guiado por el refràn me traje los zapatos a casa y muy contento se los enseñè a mi esposa.¡Que bonitos son!.Tienes que estrenarlos el dìa que vayamos al Santuario de Fàtima.Me dijo Susa .
Efectimamente llegò el buen dìa para realizar el viaje al Santuario.Madrugamos y de mañana inciamos el viaje,para cumplir la promesa pendiente.Mis zapatos relucìan de finos y buenos que eran.Yo todo contento y mi esposa me decìa: ¡Que bonitos zapatos has comprado!. Cualquier dìa yo tambièn me comprarè unos modernos,porque hay que vestir al dìa para que no digan que somos unos viejos de la "aldea".

El viaje a Fàtima pasando las frortera de Chaves,fuè de todo un placer.Por haberme pasado una barrerra sin retirar el tiquec,por descuido.A la salida del trayeto me hicieron pagar el doble:Cosa de los vecinos portugueses,que siempre han querido tomar la autopista como fuente de ingresos.Y lo siguen haciendo.
Despuès de pernoctar en Leirìa,la visita al Santuario de Fàtima,a poca distancia.Verdadera joya de arte que naciò con la apariciòn de la Virgen a aquellos pasrtorcillos,entre ellos Jacinto el niño de la gorra hasta las orejas.La asistencia a una de las celebraciones y el consiguiente recorrido por todo el recinto obseravando el arte de tan magestuosa obra, derrochado por la gracia de Dios. El regreso por Badajoz bajo el calor extremeño,siguiendo la ruta por Càceres para detenernos en Plasencia y luego continuar viaje pernoctando en un poblado del Plan Badajoz.
Paradas y refrigerios cada pocos kilòmetros,por las carreteras de aquellos tiempos,que aunque buenas no eran las autovìas actuales.

Nos detenemos en un bar de carretera para luego continuar viaje cuando ya el sol se ocultaba.Lloviznaba y el pavimento estaba huemdecido.Y ahì viene el resbalòn con mis zapatos nuevos,que me dejaron con el trasero sobre las baldosas de la terraza del bar.Un pequeño esguince en una pierna y un rasguño en el cuero; pero los zapatos seguìan siendo nuevos, como la joya de mi armario zapatero.

Pasaron los años y mis zapatos que los he bautizado como:"Los zapatos de Fàtima", siguen ocupando un lugar destacado entre mis prendas de vestimenta.Cada aaño por la època estival, mis zapatos salen a la luz como una de las prendas enseña del verano.Los retoco cada dìa que los calzo y mis piès se sienten màs còmodos caminando sobre las suelas de estos zapatos que ayer he vuelto a repintar,esperando qNegritaue para el pròximo verano pueda volver hacerlo.Porque como decìa la vieja: O caro resulta barato.


Y por algo me dijo aquella guapa dependienta: Llèveselos señor que son buenos y bonitos y usted es un caballero elegante.!Gracias por el piropo guapa¡. . .