5/10/10

Avion e Beariz





Tierra de músicos y emigrantes





José Janeiro Balboa














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Tomando la carretera de Hermida-Ribadavia, desde la N.541, a escasos kilómetros, se levantan los pueblos de Beariz y Avión, con una imagen moderna fruto de la emigración dan a estos lugares y su entorno de aldeas diseminadas por las faldas de las montañas, una imagen llena de vida y colorido, donde la bonanza salta a la vista del transeúnte como algo inimaginable en el siglo pasado. 
  Avión, antaño un lugar agrícola y ganadero, con gentes emprendedoras y trabajadoras, siempre ha venido marcando una pauta diferente a otros lugares del entorno.
  Este municipio ubicado a las orillas del río Avia, al abrigo de la sierra del Suido, con el embalse de Albarellos a sus pies, contó desde siempre con una multitud de aficionados a la música, de tal forma que una agrupación musical con más de medio centenar de músicos compusieron la famosa banda de Avión, con un repertorio de obras, que esparcieron a lo largo y ancho de toda la región. Profesores como don Jaime, como así se le conocía, Avelino o Perechón, supieron hacer calar en los jóvenes de las aldeas del término una afición musical que se transmitió de padres a hijos, durante varios años, traducida en un complemento de sustento de varios hogares, cuya vocación, compartían con el ejercicio de distintos oficios y explotaciones agrícolas, familiares.
  Pero así como la música, formó parte de las costumbres de algunas aldeas, en otras apenas ha tenido calado la vieja tradición musical, así como otras costumbres que pudieran heredarse como algo significativo de una época, a no ser que hablemos de las pandereteiras de Liñares o Baíste, cuyas "ruadas" eran populares en toda la zona, contando con extraordinaria concurrencia de jóvenes de la comarca los fines de semana.
 Es Amiudal el que marca la línea divisoria de esta afición, contando con famosos trompetistas como Gumersindo, quien al emigrar a Méjico, se estableció con un pequeño poblado, formando una agrupación musical con los jóvenes, lo que le permitió granjearse la simpatía de todas las gentes, que luego le apoyaron en su actividad comercial. Nos adentramos en el municipio de Beariz, en cuyo término, un pequeño grupo de aficionados dieron la nota, de la gaita, con solistas como Senén, El Chispa y Os Xaneiros, este conjunto familiar de Magros. 
  Todos ellos con una afición importada de Avión, o de Feás, cuna también de músicos como Benigno, un trompetista que durante varios años actuó en el circo Feijóo y salas de fiestas. Benito, zapatero y acordeonista que por su gran afición musical, consiguió abrir al público de Beariz el primer salón de baile de la historia del pueblo en la década de los años cuarenta.
   El salón Club, en cuyo palco actuaba alguna vez un joven comandante del puesto de la guardia civil, gran aficionado a la música tocando el jazz. "Anécdotas de un pasado". Ahora bien tanto esta afición, como otras de índole similar, dejaron de tener continuidad, tanto en Avión como en Beariz, toda vez que el síndrome de la emigración, hizo cambiar la cultura y costumbres de los pueblos empezando a causar mella en estas gentes, que han preferido seguir los caminos del mar, para instalarse al otro lado del Atlántico, trastocando la música por la actividad empresarial o comercial, lo que ha propiciado que una afición tan arraigada en Avión, haya perdido su continuidad en generaciones sucesivas.
   Que suene la banda.Publicado en Faro de Vigo

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