VACAS FAMOSAS,DE UNA EPOCA.-La CACHORRA rubia del tio Pedro.-En mi niñez en la aldea "A Forxa",existian unas dos vacas que marcaban la linea vacuna,entre otras,que gozaban de un bonito nombre sin apellidos.La Cachorra,una rubia del tìo Pedro,brillante y esbelta ,engalanaba praderìas y montes por donde pastaba,con su pelo brilloso el que hacia reflejar los rayos solares,sujeta por la rienda a su amo,aquel viejo de "pucho",en la cabeza,que decìa: "O leite crìa lombrigas",por lo cual no ordeñaba la rubia,su fiel compañera,con la que acompañado de su perro flaco color cafè, acudìan al monte de Piñeiros,donde solìa apacentar.
El Tio Pedro,como asì se le conocia habitaba una casa de planta baja y entreplanta,donde tenìa su aposento en el centro de la localidad (Plaza de Josè Antonio),todavìa hoy existente en estado ruinoso.En las largas noches de invierno,la casa de tìo Pedro,se convertìa en el punto de reuniòn de varios niños de la vecindad al lado de su hoguera en la lareira;puès aquel anciano brindaba a la grei infantil,una gran admiraciòn,ajena a su caràcter de pocas palabras lo que le hacìa muy respetuoso.Cuando le preguntàbamos por que no ordeñaba la vaca,nos contestaba que: O leite non se pode comer porque crìa lombrigas;pero el lo vendìa a los vecinos,sobretodo a mis padres,que lo utilizaban en su casa-fonda para los clientes.Puro de vaca sin ingredientes ni conservantes.¡Vaya leche aquella!.La que me ha criado como a alguno màs.
Me recuerdo cuando el tìo Pedro acudìa a la tienda de mi padre para cargar de petròleo la "candileja",que proporcionaba de noche la luz a su morada.Manuel bòtalle a canduilexa:Tres cadelas de gas:O sea quince cèntimos de peseta.Efectivamente mi padre le cargaba el candil y durante unos tres o cuatro dias no volvìa.
La Cuca de la Tia Maria de Ignacio.-En el centro de la localidad al incio de la Calle de Forxa,habitaba una señora de unos setenta años.De nombre la tìa Marìa,poseìa una vaca llamada la Cuca,traducida en el simbolo de la elegancia vacuna pasando por la calle principal,rumbo al monte de Piñeiros,o la praderìa de Ponte Garfiàn donde saciaba su apetito.Como la mejor moza del pueblo tan bonita vaca lucìa su pelo,limpio y brillante,convertido en el reflejo de los rayos solares,algunos de los cuales eran absorvidos por la vestimenta de su dueña,que siempre lucìa el negro, mugroso por ser viuda, conservando el tono oscuro en señal de recuerdo a su marido Ignacio,como era la tradiciòn de las aldeas de Galicia.
Cada atardecer alguna gente del pueblo,acudìa a la casa de la tìa Marìa,para abastecerse de leche,la que vendìa por litros o "cuartillos",como asì la comercializaba.Algunas veces,cuando mi madre no podìa hacerlo,yo acudìa tambièn a proveerme del mantecoso lìquido,que tan buena señora vendìa a mis padres,con la que desayunaba cada mañana antes de acudir a la escuela.
La casa de la tìa Marìa,constituìa el lugar de "ruada" de los niños,ya que era muy condescendiente con todos.Nos hacìa una hoguera y al lado pasàbamos parte de las noches de invierno,juntamente con sus cuatro gallinas que ella cuidaba esmeradamente,en su puleiro,en la escalera que al lado de la lareira daba acceso al desvan de la vivienda,cuyo huevos comercializaba como parte de sus ingresos,para engrosar su fortuna.Cuando falleciò se comentaba que fruto de la leche de su vaca y sus cuatro gallinas,habìa conseguido dejar en su "fardela",una fortuna producto de sus ahorros.¡Cuentos de la aldea!.
EL VENDEDOR DE PESCADO.-De los vendedores ambulantes que en tiempos pasados proporcionaban algùn abastecimiento a las aldeas de este contorno.Existìa un vendedor de pescado que aparte del servicio que ofrecìa al vecindario,gozaba de cièrta simpatìa por su caràcter afable propicio para atraer a la clientela .Este vendor conocido como "Camilo dos hovos",ofertaba cada mañana sus frescas sardinas,aunque no tanto como las del vendedor que lo hacìa:Desde Santurce a Bilbao por toda la orilla gritando:Mis sardinitas,que fresquitas son.Son las de Santurce las traigo yo.La del primero me llama,la del segundo tambièn. La del tercero me dice: ¿A como las vende Vd. ?. Yo le digo que a cuatro ella me dice que a très,cojo la cesta y me marcho:¡Sardinas frescas!...
Aquel vendor de sardinas empleaba una canciòn muy distinta y cuando ofertaba el pruducto,se limitaba a decir:Frescas que lle morden o lombo o burro.Y efectivamente eran fresas.Depositadas en dos cajones colocados a la grupa del equino, entre unas pajas,el pescado llegaba fresco hasta el cliente,como si procediera del mejor conjelador.
Precios asequibles comparados con los de hoy.Una docena de sardinas :"Un patacòn",equivalente a diez cètimos de peseta,o de no tener metàlico el cliente se canjeaba la docena de sardinas por una docena de huevos.No habìa muchos huevos por la aldea,lo mismo que ahora,solo los precisos para canjear por el pescado,porque aunque las gallinas deambulaban por corrales y corredoiras,la miseria alcanzaba a todo "kiske",por lo cual no todas eran ponedoras.Solamente los doce para las doce sardinas,porque si habìa que regalarle alguno al cacique del pueblo,ya no podìas hacer el canje por las sardinas.Porque en aquellos tiempos en determinadas aldeas,la docena de huevos la componìan trece unidades.Era la popular docena:" do frade" o la del cacique.
EL AFILADOR Y PARAGÜERO.-Tocaba el silbato por caminos y corredoiras,ofertando sus servicios.Lo de afilar cochillos,no era muy frecuente,puesto en el patio de cada casa labriega como era la mayorìa solìa hallarse en primer lugar "o afiladoiro".Una losa de pizarra traida exprofeso,que se colocaba sobre un tablero para afilar,hoces y hachas y claro està tambièn los cuchillos.Esto de la piedra de afilar me recuerda cuando una vez pasando por Puente Genil en la provincia de Còrboda,saltaban a la vista,los pretiles de un puente, donde se dejaba notar el desgaste de la balustrada en la que los segadores afilaban sus herramientas,para segar el trigo y la alfalfa.Algo parecido constituìa "o afiadoiro" en los corrales de las aldeas.La principal labor de aquellos trotamundos,maestros del oficio,era la reparaciòn de los paraguas;apesar de que tales prendas para protegerse de la lluvia,no eran muy utilizados por las gentes pueblerinas, sino màs bièn la coraza de juncos y el caparucho del mismo material,cuyo tipo de salva aguas,se confeccionaba en varias aldeas,como Rubillòn,Baiste y otras;aparte de Lebozàn,donde existìa un traficante de tales chuvasqueros ,que aparte de comercializar el producto producido en su pueblo lo hacìa tambièn como mayorista de la actividad,distribuyendo las corazas por otras zonas,sobretodo puntos de ferias importantes,como:Doade,Aviòn Soutelo,Lalìn, O Carballiño y otras localidades.La materia prima procedìa de las zonas pantanosas,donde se produce el junco.Brañas de Rubillòn,Baiste,A Chancela y otras.Una industria artesanal que acarreaba sus beneficios,en èpocas mìseras.