23/2/14

UNA TARDE A ORILLAS DEL DUERO

   ERA UNA TARDE del verano (1983),cuando me hallaba paseando a la orilla del rio Duero,  en la ciudad de Zamora,habìa acudido a la ciudad castellana para dejar a uno de mis hijos internado en la Escuela de Formaciòn Agraria donde realizaba sus estudios.
   Tarde calurosa de septiembre que invitaba a recorrer   las orillas del del Rio  Duero,   que con sus aguas  aparentemente turbias bordea la ciudad zamorana,entre arbolada y sembrados de trigo que crece a su alrededor.
   A poca distancia caminaba un pastor con su zurròn acuestas y un corderito bajo el brazo.Me acerco y nos saludamos.¿Cuantas ovejas componen el rebaño?.Puès unas doscientas.¿ Y ese corderito en el colo?.     Es que ha nacido en el recorrido y ahora lo llevo al establo,que se halla ahì a la vuelta.
   Zamora es una ciudad encantadora.He estado en ella varias veces y cada vez que viajo a tierras de Castilla o Extremadura suelo visitarla para saborear el cordero al horno,que tan exquisitamente se cocina por estas tierras.  Tambien    me sigo recordando del marisco que hemos llevado a una cacerìa desde Galicia. El cocinero no sabìa de  preparaciòn y lo pasò por el horno igual que el cordero.        Nos dijo que nunca habìa paseado a orillas  del mar por lo tato no sabìa ni de  mariscadas  y menos de mareas vivas,     solo de trigales y viñedos,ovejas y cabras.      De la arena y el mar ...