En mi època de joven,apenas tenìa incidencia en estas latitudes,algùn tipo de actividad depotiva.El fùtbol se hallaba en sus preliminares,por ello arrastrada de otras generaciones,puede decirse que la ùnica actividad practicada por algunos,era el deporte de la caza,o la pesca .Beariz y su comarca fueron siempre lugares de riqueza cinegètica,casi en su mayorìa conejos,perdices y liebres.
No era fàcil disponer de un arma para tal deporte,si alguno podìa hacerlo era utilizando una escopeta vieja,de un cañòn.Generalmente indocumentada,por lo que en cierto modo era algo de riesgo el salir al monte a cazar.
Mi padre disponìa de una escopeta,que un almacen de ferreterìa de Pontevedra conocido como Casa Varela,que vendìa equipos de caza,se la habìan regalado por hallarse en mal estado su epavonado.La trajo para casa y la documentò;pero la tenìa escondida en un rincòn,sin la cantonera que èl habìa depositado en otro lugar,para que no pudièramos utilizarla.
Mi hermano Benito un gran aficionado a cazar,tratò de localizar el escondite y sin que mi padre se enterara salìamos a cazar por las cercanìas.(Seguro que sabìa nuestras andanzas;pero las pasaba por alto).Luego esta trayectoria la fuì siguiendo yo,cazando indocumentado por los montes de Garfìan y Magros.En aquellos tiempos Beariz no contaba con puesto de la Guardia Civil y tales agentes solìan venir por Beariz los dìas ocho y nueve de cada mès,para asistir a la feria de Doade.
Antiguamente hubiera puesto de la Guardia Civil en Beariz.La casa cuartel era en el cruece(hoy Plaza de Josè Antonio (La Casa grande existente al frente de color rosado,fuè construida por su antiguo propietario para alquilarla para Cuartel).Despuès por motivos polìticos pasò a Aviòn,con casa-cuartel en Amiudal,conocida hoy por la casa de los Belendas.Aquì fuè instalado porque existìa una rivalidad polìtica entre Aviòn y Amiudal,que ambos se disputaban la capitalidad del municipio.Este fuè suprimido al inicio de la guerra y en el año 1948,se estableciò de nuevo en Beariz,como asì fuera en tiempos atràs.
La guardia civil que venìa de Carballino para la feria de Doade,solìa hospedarse en la casa-fonda de mis padres. Un dìa de esos salì a cazar por la tarde,con la escopeta de mi padre.Al regresar a casa ya al anochecer al subir las escaleras me encontrè con la pareja de los guardias,en las escaleras con la escopeta al hombro y la canana repleta de cartuchos.Hicieron vista gorda y se dieron por no enterados.
Cuando la guardia civil vino ultimanente para Beariz el comandante un joven recièn salido de la Academia,le decìa mi padre que me autorizara,para poder obtener el permiso de armas.Yo tìa dieciocho años;pero la mayorìa de edad era a los vintiuno.Asì pasè unos años praticando el deporte fuera de la Ley;pero como el comandante era amigo no habìa riesgo alguno.
Mi aficiòn era adquirida desde niño,como la de otros muchos que praticaban tal deporte indocumentados.Luego de mayor entre mis deportes,estuvo siempre la caza,practicada por los montes carcanos al poblado,en horas disponilbles fuera de mis obligaciones,que nunca quise aparcar por darle hueco a actividades de ocio.
Mi hermano Benito y un grupo de amigos,tenìan en alquiler en Zamora un coto de cada.Allì solìan acudir algunos fines de semana y en alguna ocasiòn solìan invitarme.Una vez aceptè la invitaciòn y quise tomar parte en una de aquellas cacerìas,que a parte se traducìan en una amigable fiesta campera.Habìa que conocer algo diferente de la cinegètica.
A las ocho de la tarde del dia 11 de octubre( 1960) arribàbamos a las puertas del Hotel España a la entrda de la ciudad de Zamora,donde serìa el alojamiento.Seguidamente la cena en un restaurante de la ciudad de buen nombre,donde preparaban exquisitamente unos filetes de solomillo rellenos de jamòn,conocidos en la carta como "san jacobos".Una sopa de entrada y un san jacobo por comensal,con ensalada,vino de la tierra y de postre a elgir.Cafè y luego al hotel para al dìa siguiente poder madrugar.La cacerìa era lo nuestro.
Me unì a este grupo un dìa de fiesta (12-10-1960),para vivir una experiencia montera con un estilo que yo no conocìa. Al dìa siguiente de madrugada nos dirigimos al coto de caza.Una inmensa finca donde pastanban a diario ovejas y ganado vacuno.Que el dìa de caza era trasladado a una zona reservada exprofeso.Trece èramos los escopeteros;aparte el guardia de la dehesa y los ecargados de hacer la comida.Por la mañana la cacerìa era dedicada a la perdiz,por el sistema de ojeo:Siete por una zona "empujando" y seis a la espera para disparar.Las perdices pasaban como relàmpagos sobre nuestras cabezas.Disparos haciendo una especie de verbena;piezas cobradas pocas solamente unas cuarenta.Se repite la faena en posiciòn contraria;màs piezas cobradas y màs disparos al aire.
Llega la hora de la comida y se tiende al mantel a la sombra de unas viejas encinas.Era el lugar marcado para ello.La bota de vino pasa de boca en boca:lo mejor de la cacerìa habìa entrado en su fase: "O xantar",bajo la sombra de un otoño caliente y castellano,lleno de alegrìa y comentarios:Estos gallegos son la "hostia",que mal le funciona el ojo.Yo hasta las mato con el cayado,Fìgense que liebre traigo en el cinto,estaba dormida al borde del sendero. Aquì las perdices vuelan y en Galicia trepan,hay que ser muy àgiles en el disparo;pero bueno para la pròxima lo haràn mejor.Le pregunto como la liebre estaba dormida.Puès verà usted:Las liebres se duermen de cara al sol.Si usted camina de frente,no le ven porque se hallan como hipnotizadas.Si pasa de lado se levantan y echan a correr y no hay quien las cace,porque son muy àgiles.
El xantar a reventar:Carne guisada al estilo zamorano,con su picante correspondien,para airear la bota con el vino clarete de la tierra.Alegrià si borrachera no,todos conscientes de la faena que nos esperaba:Introducir dos hurones bajo las raices del tronco de una encina,para que salieran los conejos igual que las ovejas del "cortello".Dice el guarda y sus acompañantes ahì los tienen,si no les llegan aùn quedan màs.Con perro y sin perro los conejos levantaban sus orejas entre la hierba seca de la finca.Disparos y màs disparos,algunos se quedaron sin pòlvora y hubo que reponer.Piezas cobradas un par de docenas,lo suficiente para el comentario y pasarlo a gusto disfrutando de una cacerìa de un estilo muy peculiar ,distinto al modelo gallego.De vuelta al Hotel y prepararse para la cena en Moraleja del Vino,una villa cercana a Zamora,hoy converita en zona residencial.El bar-restaurante de planta baja y sòtano bajo tierra,con acceso por una empinada escalera,tallada con el barro de las entrañas.A la derecha de la entrada del establecimiento un gran fogòn repleto de paja de trigo,repartiendo el humo de la combustiòn por una chimenea en forma de serpentìn por todo el borde interior de las paredes.El tipo de calefaciòn castellana de aquellos tiempos.Menù de la cena a base de marisco llevado por uno de los miembros de la cacerìa,de la rìa de Muros:Cigalas,nècoras,gambas,centollos y otras variedades.El cocinero no sabìa de la cociòn del marsico y se limitò con alguna especie a ponerlo sobre la plancha.No estaba mal,lo peor las nècoras asadas,que competìan con el rico cordero que el mismo chef,cocinara para la cacerìa.Armonìa y ambiente furon la nota dominante,tanto de la cacerìa como de la cena.Algo que pasa a la historia,cuando ya muchos de aquellos participantes,viven en la gloria,mientras para otros continua siendo el comentario.Fuè una cacerìa al estilo castellano,que no fuè de reyes ni de marqueses,sino de un grupo de amigos que unidos por unos lazos, quisieron dejar impreso el recuerdo de un dìa feliz.Una cacerìa en tierras de Castilla(Zamora).
Mi afàn de viajar me ha llevado a diferentes rincones de España.Ciudades y villas;pero tambièn lugares de interior que te brinda la oportunidad de conocer personas,de diferentes categorìas y comportamientos.
Fùe un dìa de Julio del año 2002,cuando en un viaje por tierras de La Mancha,tuve la oportunidad de observar algo peculiar en un viaje.Desde Torrijos donde nos habìamos hospedado mi acompañante y yo.Nos dirigìamos a Camarena,un localidad productora de vino,donde se halla ubicada una bodega cooperativa llamada La Virgen de la Soledad.Querìa adquirir unas garrafas de vino de la tierra,para hacer una eleboraciòn combinada con vinos de diferentes zonas.(Una de mis aficiones,sin que por ello sea un b.b.,sino todo lo contrario.
Por una carretera comarcal,entre olivares y viñedos nos dirigìamos a la bodega.Caminando se observaban en la vìa,varios conejos muertos.Unos a la orilla otros sobre el pavimento.En el camino nos encontramos un viandante que se dirigìa a su pueblo.Me detengo y le pregunto.Buenas tardes paisano.¿Porquè tantos conejos muertos,una epidemia?.No señor. Esto aquì es normal,porque los hay como moscas.Si nos acercanmos a aquellas encinas,bajo el tronco,se covijan por docenas, es su guarida.¿De donde son ustedes?.De Galicia.¡Caramba de lejos!.Y que les trae por estas tierras.Puès haciendo algo de turismo y vamos a compra unas garrafas de vino.¿Le llevamos? .Gracias hombre por la galanterìa;pero ahì a la vuelta està mi casa.Les acompaño y les invito a un vinillo de lo mìo,que està de lo màs exquisito.Nos acercamos a la vivienda de planta baja y rodeada de àrboles de diferentes especies.Entre ellos la parra repleta de uvas,pendintes de la vendimia.Aquì tienen su casa para lo que gusten y si quieren cazar vènganse para quì unos dìas con su acompañante,porque ustedes son unos huespedes que me gustan.Los gallegos se hacen querer en todas partes.¿Y como vienen aquì a por vino si en su tierra tienen el ribeiro que es riquìsimo?.Puès verà yo suelo hacer unos combinados con vinos de diferentes zonas.Luego cuando se lo doy a beber a alguien.Me pregunta de que zona es este vino tan sabroso.Yo le contesto que de varios puntos de España.Se denomina "cuatro obispados".Bueno señor hasta la pròxma.
Por el año 2004, me pillò un viaje rumbo a Talavera de la Reina.Esa villa toledana donde el barro es derroche de arte.Talleres familiares constituyen desde tiempos inmoriables unas industrias derivadas del barro y la arcilla,que generan en esta zona una importante riqueza y una ocupaciòn personal,que manteniendo una tradiciòn,se constituye en fuente de ingresos.
A pocos kilòmetros de la localidad,por una carretera local,nos dirigìamos rumbo a Extramadura.Me detengo en una estaciòn de servicio para repostar.Observo que nadie se acerca a prestarme servicio y veo el empleado atento al caminar de unos caballos.Me mira y me dice:Venga un momento verà que bonito.¿De que se trata?.De una monterìa para cazar liebres.Me pongo a mirar atento y la escena resultaba del todo atrayante.Los perros galgos lebreles,correteaban las liebres y los cazadores sobre sus cabalgaduras,disparaban sus armas para cobrar las piezas,que luego recogìan,los peones de servicio.
Una monterìa a caballo,a la usanza antigua en tiempos de reyes y marqueses,cuando la caza era el deporte de la grandeza.Hoy se prefieren los graderìos de un estadio de fùtbol,para ver el Real o el Barsa,donde el disparo es para Cristiano o Villa,sin subirse a la grupa del equino.
Como para mi ha sido una actividad de placer el poder cazar por los montes del entorno en las horas de ocio,que constituye un grato recuerdo de una vida.No menos recordable son aquellos tiempos cuando desde la ventana de mi habitaciòn,a travès de las ramas de los cerezos que mi padre de joven platò al borde de la casa,para abrigarla de los temporales,se escuchaba cantar las perdices en los huertos de enfrente,o en las cercanìas del monte del Castro da roda,hoy un paraje selvàtico,donde la mano del hombre se deja notar,impidiendo que las perdices canten o que las liebres escondidas entre los maizales, corran seguidas del perro de la aldea que las persigue.
Es la caza el recuerdo de unas vivencias al amparo de la naturaleza,entre amigos como aquella de las Tierras de Zamora,que algunos recordamos,otros no.porque ya ocupan un lugar en la gloria.Que perdure el recuerdo,mientras la Gloria nos espera.